Tinkal

Nuestra Historia

El Tinkal en sus inicios fue un antiguo almacén que se convirtió en bar en la década del 70.
Hace ya más de 50 años que Lucila González y Manuel Bello, inmigrantes españoles lo crearon con gran ilusión y mucho esfuerzo.
Trabajando sin pausa lo convirtieron en uno de los lugares emblemáticos más típicos de la gastronomía montevideana.
Durante su extensa historia el Tinkal se caracterizó por su muy buen servicio, brindando exquisitos platos hechos como en casa y por una excelente atención al público.
Hoy los nietos de aquellos emprendedores continúan con esta tradición manteniendo los valores antiguos con una actitud moderna acompañando los gustos y las tendencias de estas épocas.
En nuestro bar los clientes nos frecuentan con asiduidad y se han ido convirtiendo en habitués, según sus palabras:
“decir el Tinkal es decir encuentro con mis amigos, disfrutar de la deliciosa carta conversando interminablemente”…
“hace más de 20 años frecuento el Tinkal, la atmósfera me resulta amable y cotidiana, me siento como en casa, me tratan con amistad, conocen mis gustos, cocinan como mi abuela”…
“La diferencia del Tinkal es estar frente al mar en un lugar privilegiado de la ciudad, sus chivitos y la buena onda son incomparables”…
Nuestro querido Tinkal es un restaurante sin etiquetas ni protocolos, su diferencial es la simpleza y la cercanía con los que nuestros clientes se identifican y se sienten cómodos.
Con una vista única frente al mar, es un punto de encuentro situado en un lugar privilegiado de la rambla montevideana.
Acá vienen clientes, amigos, artistas, periodistas, visitantes extranjeros a disfrutar del mejor chivito del país y a comerlo como lo recomiendan desde siempre nuestros abuelos, sin cubiertos, porque como dice Manuel Bello “el chivito se come con la mano”.